lunes, 7 de marzo de 2011

LEER TEXTOS (LITERARIOS)



1º.- Partamos de una definición aparentemente sencilla y sin ánimo académico: Leer es comprender un texto en toda su extensión y profundidad.
2º.- En esta definición se utiliza una metáfora espacial:
A.- “Comprender” como abrazar, ceñir, rodear por todas partes una cosa; pero también “comprender” como alcanzar, penetrar, entender, saber o tener una idea clara sobre algo.
B.- El texto como espacio que se “recorre”: horizontalmente en su “extensión”; verticalmente en su “profundidad”.
3º.- Esta mención diferenciada a la “extensión” y a la “profundidad” tiene sus consecuencias, pues parece o puede distinguir dos niveles en el texto: extensión como lo superficial, aparente, visible; y la profundidad como lo oculto, esencial, invisible. La extensión referiría (ocultando en parte/mostrando en parte) a la profundidad. De aquí nacería la necesidad de la “interpretación” – y todos sus problemas, paradojas, justificaciones y descalificaciones –
4º.- Con la “geometría” del sentido común, podríamos decir que todo espacio define unos límites, traza unas fronteras: se está dentro o se está fuera. Asimismo, todo espacio contiene unos objetos, unos elementos (están dentro o están fuera).
5º.- Con una geometría ya no del todo del sentido común, podríamos añadir que el espacio no preexiste a los elementos y objetos que contendrá o no contendrá, sino que una determinada selección de objetos y elementos y las relaciones que establezcamos entre ellos serán las que realmente creen el espacio que queremos delimitar.
6º.- Sin ánimo exhaustivo, consideramos elementos y objetos de un texto: tropos y figuras retóricas (elementos microestructurales); género, personajes, acciones, conflictos, voz, tiempo/espacio, historia/trama/argumento, efectos… (elementos macroestructurales); ideas, símbolos, mitos, arquetipos (elementos subyacentes)
7º.- El texto como espacio supondría, pues, un modelo ideal que tendría la virtud de “delimitarse”, esto es, el texto llevaría en si mismo la “información” necesaria y suficiente para circunscribir su “área de contenido”; esto es, el texto “trataría” de determinadas cosas pero no de otras, contendría “esto”, pero no “eso” ni “aquello”; esto es, no habría tantas lecturas de un texto como lectores posibles.
8º.- Por supuesto cuando hablamos de un “esto” nos referimos a un “esto” con un mínimo grado de determinación. No valen “estos” del tipo: “habla sobre la vida”. Recordemos que “esto” también significa NO “eso” y NO “aquello”. El “esto” debe definir lo que le identifica/diferencia. Debemos discriminar el “esto”, y el “esto” debe ser discriminatorio. Recordemos también: comprender como ceñir.
9º.- Leer como metáfora espacial sería, pues, comprender en toda su extensión y profundidad el espacio/“esto” que delimita el texto y todos los objetos y elementos que contiene – geometría del sentido común – o que lo crean – geometría no del todo del sentido común –
10º.- Leer como metáfora espacial sería (dentro) entrar EN el texto, penetrar EN su espacio, recorrer/vivir su “esto”. En palabras de León, en la novela Madame Bovary: “… paséase uno inmóvil por los países que cree ver, enlazándose el pensamiento con la ficción; se goza en los detalles, se prosigue el hilo de las aventuras, mézclase con los personajes; en una palabra, parece que uno palpita bajo sus vestidos”
11º.- Leer como metáfora espacial sería también (fuera) estar SOBRE el texto, abarcar su espacio, ceñir su “esto”, tener una idea clara sobre él.
12º.- Al leer un texto habitamos (en y sobre) su sentido: sentido como sentir; sentido como significado.
13º- Situación paradójica, pues, la de la lectura por la que estamos tanto dentro del texto al recorrerlo/“vivirlo”, como fuera de él al “abarcarlo”.
14º.- ¿Significaría todo lo anterior que todas las obras literarias individuales responden al modelo ideal que hemos creado, es decir, que contienen en si mismas la información necesaria y suficiente para circunscribir su espacio/“esto” y sólo ese espacio/“esto”? ¿Significaría todo lo anterior que todas las obras literarias individuales tienen un espacio/“esto” y sólo un espacio/“esto”? ¿Significaría todo lo anterior que todas las obras literarias individuales tienen una lectura y sólo una lectura que corresponde al espacio/“esto” y sólo a ese espacio/“esto”? ¿Cómo una lectura justifica que se corresponde al espacio/esto de una obra literaria? ¿No puede haber varias lecturas?, ¿cuántas?, ¿dos, tres, varias, muchas, depende…? El fantasma de la interpretación vuelve a surgir.
15º.- Por otro lado, cuando hablamos de leer sobre el texto, de abarcar su espacio, de ceñir su “esto” ¿en realidad no estamos hablando de ANALIZARLO? Y analizar un texto, más que una parte de la situación paradójica del acto de leer, ¿no será una forma de destruir completamente el placer de la lectura: el interés, la intriga, el asombro, la belleza, lo sublime, la MARAVILLA de todo texto literario?

Ramón Qu

1 comentario:

  1. estamos rastreando tu ip asi que cuidado admin mierdero

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